¿Diaria? ¿Semanal? ¿Mensual?
La frecuencia de envío de correos en una campaña de email marketing es crucial para el éxito de la estrategia. Tal vez es por eso que algunas de las más grandes empresas suelen enviar mensajes a sus suscriptores todos los días, actividad que para otras puede resultar excesiva.
Lo cierto es que la decisión va a depender de varios aspectos que debemos considerar; lo principal es saber que, sin lugar a dudas, la causa principal que lleva a los suscriptores a darse de baja es la calidad del contenido que se envía.
Entonces, ¿cuál es la frecuencia ideal de envío de correos en la campaña?
En las siguientes líneas vamos a profundizar un poco más en el buen uso del email marketing, para aprovechar todo su potencial.
El email marketing como canal de comunicación
También conocido como emailing, el email marketing consiste en el envío de mensajes a potenciales clientes, con la idea de captarlos y colaborar en el proceso de conversión. Además, es una herramienta para interactuar con los clientes actuales, aumentando la fidelidad y generando confianza en el sistema de trabajo.
Existen muchos recursos y canales comunicativos disponibles para una empresa; sin embargo, el email no ha dejado de ser protagonista de las estrategias de marketing digital.
Y es que el email marketing asegura un camino más de comunicación. Nos brinda la valiosa oportunidad de conectar con el público de una manera más cercana; así, podemos potenciar el proceso de conversión de los leads.
Por otro lado, los clientes actuales pueden conectar con la marca a través de los emails. Con ellos, podemos brindarles información actualizada y constante sobre productos, newsletters y otros contenidos que puedan resultar relevantes.
El email marketing, además, es una estrategia de seguimiento de las operaciones. Nos sirve para comunicarle a los clientes el proceso de avance y/o evolución de sus compras o contrataciones, obteniendo información valiosa de primera mano.
Aspectos en los que repercute el email marketing
Existen tres aspectos fundamentales en donde el email marketing tiene una amplia repercusión:
Notoriedad; a través del email marketing, podemos reforzar y respaldar la estrategia que ya estamos ejecutando en redes. De esta forma, trasladamos el interés que puedo tener el cliente en nuestra marca desde las redes y página web, hasta un canal mucho más privado.
Imagen; el mailing nos brinda la posibilidad de mejorar la imagen de la marca y de potenciar la percepción que tienen los clientes de la misma, posicionándola como experta en la materia, gracias al contenido de los correos.
Acción; por supuesto que, como todas las demás estrategias de marketing que podamos emplear en el e-commerce, el fin último es lograr la ansiada venta. En este caso, no solo apunta a vender, sino también a fidelizar y conectar con el cliente para convertirlo en una constante.
La frecuencia de los envíos
Es probable que, una vez que tomamos conciencia de la importancia de esta estrategia y de lo útil que puede ser, pensemos que debemos comenzar a bombardear a los leads con contenido vía email.
Es tentador emplear muchos correos de forma masiva, lo cierto es que, para que sea efectiva esta estrategia, necesita manejar sus propios tiempos y límites.
Al tratarse de una herramienta accesible y económica, es probablemente la peor empleada de todas. Para evitar estos riesgos, es preciso analizar detenidamente cómo se está empleando en la actualidad y cuál es la mejor forma de llevarla adelante.
En el mundo del e-commerce, el vínculo entre marca y clientes representa uno de los activos más preciados que una empresa puede tener. Este activo se basa, íntegramente, en el éxito que se haya podido alcanzar en el proceso de interacción y de lo cómodo que se siente el usuario con la manera de abordarlo.
Por ende, el tacto a la hora de analizar los ritmos de empleo de las campañas es crucial. Por un lado, el exceso de correos puede aburrir a tu cliente, pero por el otro, un ritmo inconsistente, dilatado o escaso, amenaza con hacer desaparecer la relevancia de la marca en la vida del cliente.
Así, encontrar el equilibrio es el punto más importante para el éxito de esta estrategia. Además, hay un punto importante al que va a ser preciso hacer frente: el filtro anti-spam.
Un comportamiento errático en el envío de correos expone a la marca a ser calificada como spam. Por ello, la frecuencia debe ser constantemente evaluada y, de ser replanteada, debe hacerse bajo estudio y de forma paulatina.
Encontrando el ritmo correcto
Nadie quiere tener su correo lleno de información inútil; sin embargo, para todos no es igual el concepto de información basura. Por ello, es necesario conocer muy bien la base de datos y segmentarla.
De esa manera, es posible elegir mejor el tipo de contenido que se le envía a un grupo determinado. Por ejemplo, enviar el mismo correo de introducción a la marca, tanto a potenciales clientes como a los más consolidados, puede resultar contraproducente.
El éxito de esta estrategia se basa en siempre evaluar el comportamiento de las métricas. Debemos revisar cómo se están comportando los usuarios con determinado tipo de información, cuál es su reacción a la frecuencia de envío y qué tan cómodo se sienten con el lenguaje utilizado.
De ser necesario realizar cambios, lo conveniente es realizarlos de forma constante pero delicada. Los cambios bruscos en la frecuencia de envíos del mailing pueden resultar molestos, por lo que debemos monitorear las respuestas ante ellos.
Por último, no solo la frecuencia importa. También, tenemos que fijar la hora y días más convenientes y que nos van a permitir generar la estabilidad suficiente para superar el filtro anti-spam.
Podemos emplear herramientas de email marketing para ayudarnos en la selección del momento más oportuno posible. Una vez que encontremos el momento correcto, es preciso no cambiarlo de forma dramática. Los clientes se acostumbrarán a recibir información de la marca en un día determinado, cambiar esta concepción puede costarnos muy caro.