¿Buscas una forma de hacer que la gestión y funcionamiento de tu equipo de marketing funcione de manera óptima para conseguir los mejores resultados? La metodología Scrum puede ser tu aliada. En las siguientes líneas conocerás más sobre esta técnica que trae excelentes resultados para los proyectos de marketing digital.
¿Scrum marketing? ¿Qué es eso?
El Scrum es un proceso simple e iterativo para la gestión de proyectos utilizado inicialmente para el desarrollo de software, pero que ha sido adaptado a todo tipo de proyectos y sectores, incluido el marketing.
Practicar Scrum como una forma de organizar equipos de marketing y administrar su trabajo ofrece una serie de beneficios, como son:
- Trabajos de mejor calidad.
- Mayor velocidad en ventas.
- Más control sobre el proyecto.
- Riesgo reducido.
- Mejor comprensión y alineación con el cliente.
Entonces, ¿qué es el Scrum marketing? La metodología Scrum, en pocas palabras, consiste en:
- Crear equipos pequeños, multifuncionales y autoorganizados.
- El trabajo se divide en una lista de entregas pequeñas y concretas.
- Esta lista está ordenada por prioridades.
- El tiempo se divide en ciclos de “Sprint” de una a cuatro semanas.
- El trabajo destinado a ser publicado (la parte más creativa, los contenidos, etc.) se realiza al final de cada Sprint.
- El plan de lanzamiento y la priorización se realizan en colaboración con las partes interesadas de la empresa en función de los conocimientos adquiridos al inspeccionar el trabajo del Sprint.
- El proceso en sí se revisa y optimiza cada vez que se lleva a cabo una reunión “retrospectiva”, después de finalizar cada Sprint.
Es decir, el Scrum trata de crear equipos de trabajo en el que todos remen en la misma dirección, dividiendo el tiempo para organizar las tareas y revisando estas al final de cada etapa para realizar posibles mejoras.
¿Por qué Scrum para los equipos de marketing?
Muchos especialistas en marketing no habrán oído hablar de Scrum hasta ahora, pero se trata de una técnica que grandes empresas ya han sabido aplicar con gran eficacia para maximizar los esfuerzos y los resultados de sus equipos de marketing.
El objetivo original de Scrum, cuando solo se llevaba a cabo en el mundo del software, era adaptarse a la incertidumbre frente a la creciente complejidad y cambio que se vivía en el sector. Jeff Sutherland, uno de sus creadores, dijo, «Scrum se basa en una idea simple: cada vez que comienzas un proyecto, ¿por qué no revisarlo regularmente y ver si lo que estás haciendo va en la dirección correcta?”. Esta es la esencia de la metodología.
Se pueden hacer muchos paralelismos con el marketing. Al igual que en el desarrollo de software, nos enfrentamos a una creciente complejidad e incertidumbre en los clientes con los que buscamos interactuar y hacer negocio, los mercados en los que operamos, la tecnología que estamos utilizando y hasta cambios la misma sociedad (debido a, por ejemplo, factores políticos que influyen en nuestro entorno y comportamiento).
Scrum te invita a iniciar proyectos en pequeños pasos, con acciones pequeñas en las que podemos medir e ir ajustando cuidadosamente nuestros esfuerzos. Nos brinda un marco para probar, iterar y perfeccionar nuestras actividades para aumentar la productividad, la flexibilidad y la adaptabilidad al cambio. A través de esto, también nos permite aprender y, al hacerlo, acercarnos mucho más a nuestros clientes y clientes potenciales.
Aunque Scrum no fue diseñado para marketing, resuelve muchos desafíos y tiene muchas ventajas para mejorar la forma en que trabajamos, mejorar la calidad de nuestro trabajo, enriquecer las experiencias que estamos creando para los clientes y aumentar el impacto comercial que estamos generando.
¿Cómo aplicar Scrum en Marketing?
A continuación, te contamos cómo seguir la metodología Scrum para llevar a cabo la gestión de cualquier proyecto de marketing.
1. Acordar la visión
Para planificar un proyecto, lo primero es esclarecer cuál será la visión y definir los objetivos que se pretenden alcanzar.
Después, los objetivos pueden utilizarse para vincular la visión con cada una de las tareas del proyecto. Esto nos ayuda a planificar tareas con la misión en mente.
2. Construye tu hoja de ruta
En la segunda etapa, establecerás la ruta a seguir. Los equipos deben delimitar las etapas generales de la campaña o proyecto en cuestión. Esto asegura una visión general de la campaña, con todo lo que con ella se debe lograr.
Es el momento de crear listas de tareas pendientes a nuestra hoja de ruta.
3. Programación de Sprints
La metodología Scrum es perfecta para proyectos de marketing que tardan relativamente más en demostrar sus resultados, como son las campañas SEO o de marketing de contenidos.
Durante la planificación de los sprints, cada uno es una tarea de planificación para una parte del proyecto. Por ejemplo, en un proyecto basado en el marketing de contenidos, un solo sprint podría estar destinado enteramente a la creación de blogs, otro podría ser un brainstorming de contenido y otros podrían ser sprints continuos para la creación de contenido y generación de leads.
Durante todo el proceso de programación del sprint, el equipo en cuestión puede aumentar la hoja de ruta añadiendo tareas más específicas para cada tarea general establecida. Después será momento de asignar cada una de ellas a los miembros del equipo para que todos tengan una idea de lo que deben conseguir.
4. Lleva a cabo un Scrum diario
El Scrum diario consigue reunir al equipo cada día, y es una parte fundamental para agilizar y optimizar la gestión de los proyectos. Esas reuniones se deben aprovechar para discutir las tareas del día anterior y saber cómo afrontar las del día. Esta es una buena forma de mantener al grupo coordinado y resolver inconvenientes de manera más rápida.
Pero, en estos tiempos en los que los departamentos deben trabajar de forma remota, puede resultar algo más complicado. Para solucionar este pequeño inconveniente, es fundamental ayudarnos de herramientas de trabajo colaborativo, con aplicaciones como Trello, Slack o Asana, que además, te ayudarán a mantener tus tareas visibles y ordenadas.
5. Comprobación y revisión de Sprints
Al final de cada sprint, es necesario revisarlo. Con ello la idea es desglosar cada una de las tareas que se han realizado como parte del sprint, y revisar su efectividad.
Esta etapa de la metodología Scrum es una de las bases del éxito en la gestión de proyectos, ya que permite echar la vista atrás y ver qué funciona, qué no, y que se puede mejorar, lo cual es muy útil en los proyectos de marketing.
Puesto que la competencia online es cada vez mayor en todos los sectores, no sería ninguna locura empezar desde ya la metodología Scrum en tu departamento de marketing. ¿Te animas a probarla?